jueves, 24 de noviembre de 2011

LA FORJA


El enclave de la Forja es recordado por pocos, los más viejos lo nombran entre susurros, temerosos del lugar, un lugar maldito, un lugar teñido de sangre,  destinado a poner a prueba las almas de los hombres más valerosos, enfrentándoles a sus deseos mas oscuros.
Situado en lo alto del monte Hergard en las montañas mas recónditas de Noruega .Una tierra dura y angosta, donde el clima es el principal enemigo,  un trozo de carne descubierta se congela en un suspiro mientras  el viento aulla feroz, tratando de arrancarte el alma; los hijos de Fenrir pueblan los bosques circundantes y el más mínimo error otorga una visita al reino de Hel. Vieja tierra, morada de leyendas según las Volvas, uno de los últimos lugares en ser abandonado por los Jotuns y el primero en ser maldito por estos, por la vergonzosa derrota sufrida a manos del mismísimo Thor.
Los mortales evitan estas tierras, y con razón, una larga jornada de cinco días separa el enclave de la costa, suponiendo que el tiempo sea propicio. El crudo invierno cierra los pasos deseoso de ocultar sus secretos, tiempo a olvidados. Aquellos intrépidos aventureros  que consiguen llegar a lo más alto del fiordo, donde yace el antiguo enclave, obtendrán un leve descanso, pues los hombres de la aldea respetan a cualquiera lo suficientemente valeroso o loco como para visitarles.
Rodrick “El loco” fundó esta aldea hace tres generaciones,  ganándose un bien merecido renombre. Desde entonces la gente de la aldea ha luchado dia a dia contra la adversidad y ha prevalecido. Pocos osan tachar de cobardes o desafiar a los habitantes de la Forja,  puesto que su valor no admite duda, sin embargo la codicia es simiente de Loki en las almas humanas y muchos ansían sus tesoros. Dados de lado a pesar de su esfuerzo, mal vistos por otros, tachados de locos, portadores del mal de ojo, incluso el llanto de sus niños parece agriar la leche fresca; sin embargo ellos miran al frente, orgullosos de su linaje, perdurando ante la adversidad. Nunca vi tanto valor en una sola mirada…
Cuentan las leyendas que perdido entre las montañas  mora Ulfbehrt “El Herrero”, alguien que ya era viejo en los tiempos de mi abuelo y sin embargo persiste a lo largo de las eras. Recuerdo el mito que las hojas del herrero, las cuales no conocen rival,  capaces de cortar una piedra en dos, al igual que tu hija corta una hogaza de pan. Ni siquiera las gentes de la aldea son  tan osadas como para contar con tal don y no merodean por las montañas en su búsqueda, pues muchos son los que lo han intentado. Pocos han regresaron y jamás vi a ninguno regresar cuerdo.
Soy Niag Wargerlson, hermanastro del primo de Rodrick. Muchas son las primaveras que me acompañan y muchas las historias que este viejo Skalda sabe entonar. Acercaos al fuego, servidme algo de estofado y colmadme de hidromiel para desatar mi vieja lengua correosa, os regalare asi una melodia que será la envidia de los jilgueros en primavera.  Vendo su metal y sus pocas gracias, gentes de Raumi, pero dejemos los negocios para el devenir del alba y escuchad mi cancion, pues es una historia de tenacidad, honor y venganza, la cual aun está lejos de terminar, más bien acaba de empezar….


“De entre brumas y  tinieblas huyeron los Gigantes, perseguidos por los truenos de Thor. Dejáronles a los hombres su odio en campos sembrados, ocultos bajo la nieve para  tornarla carmesí, desatando así su cruel venganza.
Necios, esclavos de la ignorancia, ansiosos de perderse en su propia avaricia, fueron los primeros convidados. Tesoros demasiado cargados, otrora ladera abajo los arrastraron. Tantos gastaron las cumbres, que el mar se apiadó del hombre, advirtiéndole  un triste final en la bahía, junto a los  cuerpos hinchados.
Los hijos de Fenrir diéronse un festín con los caídos, aullando cantos de sirena esperando atraer mas insensatos.  Los gigantes no soportaron ver su destino robado. Azotaron  con viento y  escarcha a los lobos, en los bosques confinándolos, para así ocultar tras el corazón de la montaña, junto con sus tesoros, la sangre  derramada por mil heridas en cada uno de los mil hombres.
Odin en sus cacerias recrudeció el invierno, matando a muchos de los bastardos de Fenrir. Ese  frío fue tan intenso que trajo incluso el sosiego a la furia de los Jotuns, perdiéndose el ardor de la venganza, al igual que van muriendo los rescoldos en una hoguera. Marcharon pues por siempre, no sin antes dejar atrás una última artimaña.
Tomaron sangre y avaricia por igual, forjándola en un vil metal cuyo precio los mortales habrían de pagar y sería diez veces en sangre a derramar. Cuanto más desearas, más serías condenado; sólo el corazón del hombre justo se vería a salvo de la maldición.
El hierro condenado oculto esperaba. Por las manos de Ulfberth seria desenterrado, quien por siempre quiso el secreto para sí y por siempre seria castigado. La maldicion unió su alma con  la del  vil metal, condenándolo  a vagar en no-vida por siempre jamás.
Tan solo un vida de justa generosidad le liberaria, y entre sueños un millar de secretos ocultos en la montaña, le fueron revelados. Aprendió las numerosas formas del  maldito metal, anhelando resignado quien quisiera  compartir su pena para reducir su condena.
Desde la cima del monte vio a Rodrick llegar; trató de tentarle por tres veces. Con ansia su primera alma quería cobrar:
Primero ofreciole una hoja con la que derrotar a cualquier adversario, pero él la rechazó viendo en ello algún tipo de engaño.
Ofreciole después una corona con la que gobernar Midgar y él la rechazó pues deseaba gobernar por derecho propio.
Entonces Ulfberth enfurecido le ofreció su perdición, aceptando Rodrick gustoso a cambio de su familia salvar.
El herrero complacido alzó una montaña para protegerles del viento, le ofreció las tierras y confino a los lobos en el bosque; sin embargo, abrió una herida en la tierra de la que manaba el sangriento metal. Una tentación eterna para portar, sembrada con tiento y la paciencia del malvado rufián.
Compartieron pesares y secretos, mezclaron sus sangres  profiriendo un sagrado juramento.
“La sangre de la avaricia vivirá al alcance de su mano y la de los suyos. Muchos la desearán y vendrán por ella, atraídos por la oscura simiente de su podrida alma. No todos serán tan dignos como tú, Rodrick.”
Retirose el herrero a la montaña, pues algún día la deuda quedaría saldada por la sangre derramada.
Rodrick enseñó a sus hijos como mantenerse dignos, dividió su carga en tres para hacerla mas llevaderos los secretos del herrero.
El mayor portaría la marca del hierro en lo mas hondo de su corazón, aprendiendo así a sacrificarse por los demás al igual que había hecho su padre.
El mediano aprendería a ser justo, sacando de la mina solo aquello necesario para el bien de todos.
El menor aprendería a dar forma al hierro, pues siendo astuto con los años, tal vez dejar la maldición atrás. Pero la astucia es el don de Loki, señor del engaño, y con el tiempo los nobles ideales se fueron olvidando. Viajeros deseosos del metal murieron a manos de la maldición, enfrentando clanes entre si, vecino contra vecino y hermano contra hermano.
De Rodrick “El Loco” muchos se olvidaron y el hijo menor  a muchos ya habia  engañado. “Pagaste con sangre de otros tus propias deudas”, reprochole el mayor al descubrirlo. Demasiado tarde se escribió esta canción, pues la aldea en llamas yacía atacada y la nieve de nuevo en tintes carmesí. La sangre del mayor era derramada sobre el alma del menor, por siempre ya manchada.
En lo alto de las montañas Ulfberth sonriole al destino mientras la nieve se teñía, el tiempo de recoger la cosecha había llegado, y las almas de los mas avaros siempre habían sido un buen primer pago”
Con el alba llega el fin de mi humilde canción. Más no temáis gentes de Raumi pues el enclave de la Forja queda lejos, oculto en las montañas, y ellos libran siempre sus propias batallas. Si alguna vez os los cruzáis sedles gentiles y recibiréis mucho mas de lo que daréis. Ahora hablemos de negocios, pues el metal que traigo no porta sangre y lo venderé barato para no marcharme cargado. Acercaos, acercaos  pues se me hace tarde ya…
Dicho lo cual el Skalda desapareció al alba tras haber, quizá, malvendido la mercancía; sin embargo nadie le vio partir en una mañana donde los misterios de la bruma parecían envolverlo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario